lunes, 27 de enero de 2014

Armas y Armaduras

El uso del arco como un arma fue habitual en los combates vikingos, este podía ser de diferentes tipos: corto, largo, compuesto y autocompuesto. Las puntas de la flecha también eran variadas, desde las puntas hojas de trébol las de hoja plana y lengüetas.



En cuanto a las puntas de la lanza, había dos tipos. Aquellas mas ligeras y aerodinámicas se utilizaban como proyectiles, mientras que las mas pesadas, dotadas habitualmente de amplias lengüetas o aletas se reservaban para los combates a corta distancia. 



El escudo vikingo tradicional era circular, de aproximadamente un metro de diámetro y con una protuberancia de metal en el centro para cubrir la empuñadura. Estaba fabricado a base de tiras de maderas estrechas con algunos puntuales de hierro.


Frente a las lanzas, escudos y arcos, relativamente abundantes, los cascos fueron escasos. Los cascos eran mas bien un distintivo de ostentación y a la vez algo practico, un artículo codiciado dirigido a mostrar una valia superior sobre el resto del grupo.




Tal y como sucede con los cascos, la cota de malla era también una prenda costosa y de compleja fabricación, Hay pocos restos de este tipo de defensas, lo que ha llevado a los expertos a plantear que quizá la mayor parte de los guerreros no tenían acceso a las mismas, utilizando en su lugar petos de piel o cuero.




Las técnicas de forja de espada eran bastante sofisticadas a través de las cuales se obtuvieron duras hojas de acero, Frecuentemente contaban con acabados ornamentales mas lujosos como incrustaciones de marfil o de metales preciosos en la empuñadura y con nombre propios, lazos simbólicos o místicos entre el arma y su propietario.




Las hachas de combate, al igual que los barcos de guerra, han terminado por convertirse en uno de los rasgos definitorios de la edad militar vikinga. Estaban diseñadas para atestar fuertes y contundentes golpes contra el escudo, el casco, las extremidades o el torso del adversario.





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